viernes, 22 de octubre de 2010

Oda a las cosas


Amo las cosas loca,
locamente.
Me gustan las tenazas,
las tijeras,
adoro
las tazas,
las argollas,
las soperas,
sin hablar, por supuesto,
del sombrero.

Amo
todas las cosas,
no sólo
las supremas,
sino
las
infinita-
mente
chicas,
el dedal,
las espuelas,
los platos,
los floreros.

Ay, alma mía,
hermoso
es el planeta,
lleno
de pipas
por la mano
conducidas
en el humo,
de llaves,
de saleros,
en fin,
todo
lo que se hizo
por la mano del hombre, toda cosa:
las curvas del zapato,
el tejido,
el nuevo nacimiento
del oro
sin la sangre,
los anteojos,
los clavos,
las escobas,
los relojes, las brújulas,
las monedas, la suave
suavidad de las sillas.

Ay cuántas
cosas
puras
ha construido
el hombre:
de lana,
de madera,
de cristal,
de cordeles,
mesas
maravillosas,
navíos, escaleras.

Amo
todas
las cosas,
no porque sean
ardientes
o fragantes,
sino porque
no sé,
porque
este océano es el tuyo,
es el mío:
los botones,
las ruedas,
los pequeños
tesoros
olvidados,
los abanicos en
cuyos plumajes
desvaneció el amor
sus azahares,
las copas, los cuchillos,
las tijeras,
todo tiene
en el mango, en el contorno,
la huella
de unos dedos,
de una remota mano
perdida
en lo más olvidado del olvido.

Yo voy por casas,
calles,
ascensores,
tocando cosas,
divisando objetos
que en secreto ambiciono:
uno porque repica,
otro porque
es tan suave
como la suavidad de una cadera,
otro por su color de agua profunda,
otro por su espesor de terciopelo.

Oh río
irrevocable
de las cosas,
no se dirá
que sólo
amé
los peces,
o las plantas de selva y de pradera,
que no sólo
amé
lo que salta, sube, sobrevive, suspira.
No es verdad:
muchas cosas
me lo dijeron todo.
No sólo me tocaron
o las tocó mi mano,
sino que acompañaron
de tal modo
mi existencia
que conmigo existieron
y fueron para mí tan existentes
que vivieron conmigo media vida
y morirán conmigo media muerte.

Pablo Neruda, "Oda a las cosas", Odas elementales (1954)

El poeta chileno Pablo Neruda fue un gran coleccionista de botellas, mascarones de proa, máscaras, mariposas, caracolas:

"Lo mejor que coleccioné en mi vida fueron mis caracoles. Estos me dieron el placer de su prodigiosa estructura: la pureza lunar de una porcelana misteriosa, agregada a la multiplicidad de formas, táctiles, góticas, funcionales. (…) Exageré mi caracolismo hasta visitar mares remotos. Mis amigos también comenzaron a buscar conchas marinas, a encaracolarse. En cuanto a los que me pertenecían, cuando ya pasaron de quince mil, empezaron a ocupar todas las estanterías y a caerse de las mesas y de las sillas. Los libros de caracología o malacología, como se les llame, llenaron mi biblioteca. Un día lo agarré todo y en inmensos cajones los llevé a la Universidad de Chile haciendo así la primera donación al alma mater."
Pablo Neruda, Confieso que he vivido (1974)

Fue un coleccionista metódico, al que le gustaba el orden. Sus colecciones pueden contemplarse hoy en sus tres casas-museo.

lunes, 18 de octubre de 2010

Colección como texto


"In realtà la collezione va prima di tutto letta come un testo che può avere rotture logiche e fratumazioni sintattiche, ma che obbedisce a una logica comunicativa. È una scrittura fatta di oggetti e perciò una scrittura geroglifica. L'osservatore è invitato a percorrere questo alfabeto materiale e comunque è fruitore di questa opera ulteriore che è la collezione, che è naturalmente un'opera mediata, perché l'autore no è faber, ma utilizza artefatti già esistenti.
Il collezionista è stato sempre cosciente di questa sua funzione metalinguistica e qualche volta ha tentato, rimontando da un gradino all'altro, di recuperare la manualità e il livello creativo primario che le è connesso. Ma sono casi isolati, molto più frequenti in passato quando la collezione era prima di tutto un strumento di lavoro e quando, attraverso la manipolazione dei materiali, nelle officine-laboratorio dei collezionisti-scienziati o di principi curiosi come Francesco I de' Medici, si perseguiva un ampliamento delle conoscenze.
Collezionisti molto vicini a quel prototipo perfetto di collezionista che è l'Eduard Fuchs esemplificato da Benjamin nel suo noto saggio, un collezionista-studioso che attraverso la raccolta allarga i propi interessi e modifica il proprio quadro culturale.
Certamente chi colleziona accetta di esprimersi per metafora e in questo senso giustifica il suo appropriarsi di un feticcio, cioè di un oggetto dotato di un grande potere simbolico, tanto da poter sostituire un tutto. Egli è nella condizione infinitamente ambigua di possedere e di essere posseduto nello stesso tempo Può essere come il folle di un villaggio primitivo che scambia il proprio corpo e la propria voce con quella di un animale della foresta. Ma nello stesso tempo detiene l'opera, è artefice del suo destino e autore delle associazioni che può costruire intorno a essa."
Adalgisa Lugli, Il collezionista (1985)

domingo, 17 de octubre de 2010

Carlos Pazos, ¿ni coleccionista ni camp?

"Cierta afinidad del arte de Carlos Pazos con el camp me parece innegable. Pero ni es totalmente camp ni totalmente coleccionista, en el sentido de que no conserva su tesoro, sino que lo pone en juego, lo arriesga. No abre espacios de lo idéntico, intentando completar series y crear enclavados de sentido en un mundo contingente, sino que provoca significados rompiendo series y fomentando así la productividad artística. Un collage no es una colección. Les confiere a los objetos una esfera propia y una segunda razón de ser, al ponerlos en una vecindad inusual, de modo que susciten en ellos nuevas y dispares dimensiones, paronomásticas y calamburescas.
El placer voluptuoso que experimenta al acumular nunca ha hecho que abandone al marcado culto sensual a los objetos en cantidades hiperbólicas; me imagino su casa como un gabinete de maravillas, lejos del tonel de Diógenes. Siempre y a discreción ha practicado el acopio de sus materiales, empecinadamente, sin llegar nunca a la saturación y con la misma asombrosa perseverancia que le ha sido propia en su oficio. Si ocasionalmente empieza una colección, Carlos Pazos pierde el control sobre ella muy pronto y vuelve a su estado acumulador, sin sentido ni principio estructurador, lejos de sistemas categoriales, pero con arreglo a un orden y concierto que le son propios. Si hay un orden en sus objetos, será interior, imperceptible para otras personas, hasta que no los vean integrados en la obra de arte terminada y titulada."
Yvette Sánchez, "Batman entre las mariposas. Arte coleccionista o el riesgo de transgredir el orden", No me digas nada. Carlos Pazos. Catálogo de la exposición. MACBA, MNCARS. Barcelona, 2007.
Carlos Pazos (Barcelona, 1949) Premio Nacional de Artes Plásticas 2004.

viernes, 15 de octubre de 2010

Le cavalier du Louvre

"Il a donc traversé tous les régimes? Louis XV, Louis XVI, la Révolution, la Terreur, le Directoire, le Consulat, l'Empire, la Restauration? Sans y perdre la tête? Et vous dites qu'après avoir fondé le musée du Louvre, il a fini sa vie tranquillement à Paris, quai Voltaire, comme un collectionneur célèbre visité de partout? Qu'il a son tombeau très officiel, avec statue, au Père-Lachaise? Qu'il a connu tout le monde, les rois, les reines, Frédéric de Prusse, le cardinal de Bernis, Catherine de Russie, Pie VII, des généraux, des ambassadeurs, Robespierre, Joséphine, Napoléon, et aussi Diderot, Voltaire, Stendhal? Il a donc vécu cent cinquante ans? Non, soixante-dix-huit. Une vie tantôt calme et tantôt frénétique; méditative, ou bien à cheval, au milieu des canons.
[...]
Bref, quoi? C'est un auteur licencieux? Un anarchiste masqué? Un archéologue amateur? Un homme de goût opportuniste devenu révolutionnaire? Un technicien avisé du pillage de l'Europe et, par conséquent, l'inventeur de l'idée moderne de musée? Un diplomate à éclipses? Un agent très secret? Un courtisan? Un spécialiste des missions hautement symboliques? Un administrateur obstiné et froid? Un patriote? Un aimable épicurien flottant, sans jamais sombrer, sur les vagues d'une histoire déchaînée? Un protégé des femmes? Un conseiller des ombres? Un des rares survivants des Lumières? Un homme du passé ayant victorieusement franchi l'épreuve du futur? Un excellent dessinateur et graveur? Un écrivain de génie préférant le silence? Un visionnaire? Un jouisseur? Un intrigant? Un sage? Tout cela à la fois."
Philippe Sollers, Le Cavalier du Louvre (1995)

Imagen: Fragonard Alexandre Évariste, Vivant Denon replaçant les restes du Cid dans leur tombe (1811)

jueves, 14 de octubre de 2010

La fantasía del sujeto


"Como coleccionista de arte y director artístico de la colección De Pictura, suscribo el dictum ideado por Marcel Duchamp como fórmula prístina y referente propio para definir esa actividad que se denomina coleccionismo de arte. Así es: el coleccionista de arte elige unos cuadros y los cuelga en la pared, es decir, “pinta una colección”. La feliz expresión poética de Duchamp define al verdadero coleccionista como un “artista al cuadrado”. Así debe ser.
Quien haya visto el filme El coleccionista de William Wyler, comprenderá la actividad del coleccionismo, pero únicamente quien se haya identificado con su protagonista podrá, al menos por un instante, sentirse él mismo coleccionista. Y no precisamente por cierta deriva fetichista y/o compulsiva inscrita en la trama de la obra, sino más bien, por su efecto lúdico y excitante. El coleccionismo, como todas las producciones del psiquismo, remite en última instancia al análisis profundo de la fantasía del sujeto, al discurso del inconsciente, a lo que no en vano llamó Sigmund Freud la “cámara del tesoro”. El coleccionismo de arte es una actividad que implica una actitud personal –por fuerza subjetiva y selectiva– al decidir sobre ciertos autores y determinadas obras, y un compromiso social por su indeclinable deseo de compartirlas. Ciertamente, el coleccionismo es un fenómeno que nace en el ámbito privado, pero que se desarrolla con vocación pública: mostrar para su contemplación las obras es el último segmento de un proceso laborioso, pero que se advierte imprescindible. Su envés, el coleccionismo secreto, entraña un mito de suyo onanista y autocomplaciente. El verdadero coleccionismo es oferente. Hoy día su naturaleza ha dejado de ser de origen nobiliario y se desliza, cada vez más, sobre una sociedad culta y atenta a su propia identidad. El coleccionismo se asienta sobre tres pilares básicos: la disponibilidad del mercado, el poder adquisitivo del comprador y su gusto personal. Y se articula sobre tres criterios fundamentales: primero, que una colección no es un conjunto (y menos una patulea) de cuadros, sino que debe tener un sentido, un ordenamiento o dicción, con su propia coherencia interna Segundo, que toda colección connota y se constituye en referente de quien la hace, esto es, que habla de su creador. Y tercero, que siempre debe crear opinión. Cuestión esta última difícil y excitante, que únicamente el paso del tiempo permite verificar. Como dijo un egregio paisano de quien esto escribe, don Francisco de Goya, “el tiempo también pinta”. Una colección, añado."

Javier Lacruz Navas (1957), psiquiatra, psicoanalista, coleccionista y estudioso de arte. Copropietario y director artistístico de la colección De Pictura.

sábado, 9 de octubre de 2010

Lennon, coleccionista de sellos


John Lennon fue coleccionista de sellos en su infancia. El carismático músico inglés de The Beatles hubiera cumplido hoy setenta años. Más en en el National Postal Museum de Washington.