lunes, 27 de abril de 2009

Un dimanche au Louvre


Willy Ronis (1968) / Rapho

Au Louvre


Michel Chassat (1991) / Musée du Louvre

viernes, 24 de abril de 2009

Se cumplen las futurologías de hace un siglo: la Biblioteca Mundial Digital



A la que sustenta esta bitácora, en la figura del señor Wunderk, siempre le interesó la historia de la documentación museológica. Una parte de su investigación se centró en aquellos hombres que, antes del extraordinario avance que supusieron las tecnologías de almacenamiento y difusión de la información, intentaron compilar bibliotecas gigantescas y museos de museos que albergasen toda la memoria artística.

La mayoría tenían un talento un tanto utópico aunque, por lo general, fueron grandes visionarios, tal y como vemos en los últimos tiempos, sobre todo tras la popularización de Internet en la década pasada. Entre ellos el más destacable fue el belga Paul Otlet, padre de la documentación científica.

Muchos de esos sueños vemos que se cumplen estos mismos días, aunque lo deseable, en la mentalidad de aquellos hombres, sería un acceso directo y completo a toda esa información.

La UNESCO ha presentado esta semana, con motivo de su XXXIV Conferencia General, la Biblioteca Mundial Digital, sitio web en el que pueden consultarse documentos únicos de carácter cultural. Se ha creado en colaboración con instituciones como la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos así como de Brasil, Rusia y Egipto. Incluye libros, manuscritos, mapas, grabados, fotos, películas y grabaciones musicales.

El sistema de navegación permite buscar por lugar, fecha, tema e institución. El objetivo está en la digitalización de materiales de gran valor y rareza de bibliotecas e instituciones de todo el mundo para poder ser difundidos gratuitamente por Internet. La BDM se presenta en siete idiomas, las seis lenguas oficiales de la ONU junto al portugués (chino, inglés, español, francés ruso y árabe).

La finalidad:

- promover el entendimiento mutuo en el plano internacional
- ampliar la cantidad y diversidad de los contenidos culturales en Internet; proporcionar material de documentación, información y estudio a educadores, estudiantes y eruditos, así como al público en general
- crear capacidades en las naciones asociadas al proyecto, con vistas a reducir la brecha digital entre los diferentes países y dentro de cada uno de ellos.

Tras la pertinente visita, cómo no, me quedo con una fotografía de un interior de museo, en concreto, del Museo de Antigüedades Algelianas. Dice así la ficha:

Título: Museo: Hall de entrada, I, Argel, Argelia

Descripción

Esta impresión fotocroma pertenece a "Vistas de los pueblos y lugares de Argelia" del catálogo de la Detroit Photographic Company. Muestra el vestíbulo y el patio de un museo en Argel - muy probablemente el Musée National des Antiquités Algeriennes, inaugurado en 1897 y descrito por Baedeker en su El Mediterráneo (1911) como "conteniendo la mejor colección de esa clase en Argelia". La Detroit Photographic Company se inició como una firma de publicaciones fotográficas a finales de la década de 1890, de mano del empresario y editor de Detroit William A. Livingstone hijo, y del fotógrafo y editor de fotografías Edwin H. Husher. Obtuvieron los derechos exclusivos para usar el proceso suizo del "fotocromo" para convertir las fotografías en blanco y negro en imágenes a color e imprimirlas mediante fotolitografía. Este proceso permitió la producción masiva de tarjetas postales, estampas y álbumes a color para su venta en el mercado americano.

Fecha de creación

Alrededor de 1899

Lugar de publicación

Detroit Photographic Company

Idioma

Francés

Título en el idioma original

Museum: Entrance Hall, I, Algiers, Algeria

Lugar

África Septentrional y Oriente Medio

Tiempo

1850 d.C. - 1899 d.C.

Tecnología

Construcción
Artes y recreación
Arquitectura
Edificios para educación e investigación
Museos

Tipo de artículo

Grabados, fotografías

1 impresión fotomecánica: fotocromo, color

Colección

Vistas de la gente y sitios en Argelia

Institución

Biblioteca del Congreso

martes, 21 de abril de 2009

Preston, Child y los gabinetes norteamericanos del XIX






"Todo estaba lleno de polvo, incluso las solapas gastadas de la chaqueta del archivero. Una lámpara con pantalla verde proyectaba un círculo de luz en el añejo escritorio, invadido por montañas de papeles. También había una máquina de escribir, una Roya antigua que debía de ser lo único de la sala libre de polvo. Nora vio que al otro lado de la mesa habían estanterías de hierro colado, llenas de libros y de cajas que se perdían en la oscuridad, profunda como el mar. Con tan poca luz era imposible de la sala (...)

- Busco información sobre... sobre los gabinetes de curiosidades- dijo ella.
El hombre, que estaba ocupado en volver a echar los cerrojos, giró la cabeza, y se le iluminaron los ojos legañosos.
- ¡Ah, pues ha venido al lugar indicado! En su día, el museo absorbió la mayoría de los gabinetes de Nueva York. Tenemos todas las colecciones y todos los documentos. ¿Por dónde quiere que empecemos?
(...)
- Los gabinetes de curiosidades. Uno de mis temas preferidos. Ya sabe que el primero fue el de Delacourte, fundado en mil ochocientos cuatro.- El eco de la voz de Puck recaía sobre sus hombros encorvados-. Era una colección fabulosa. Un ojo de ballena conservado en whisky, una dentadura de hipopótamo, un colmillo de mastodonte aparecido en una ciénaga de Nueva Jersey... Ah, y el último huevo de dodo, faltaría más; un solitario de la isla Rodrigues, para ser exacto. Lo trajeron vivo en una caja, pero después de exponerlo resulto que había salido la cría y... ¡Ajá, ya estamos!
Bruscamente se detuvo, levantó los dos brazos para bajar una caja de una de las baldas superiores y abrió las solapas. No contenía el material del gabinete Shottum, como esperaba Nora, sino un huevo muy grande dividido en tres partes.
- Como de todas estas cosas no consta el origen, no las integraron en la colección principal del museo. Por eso las tenemos aquí.- Señaló los trozos de cáscara con veneración y satisfacción-. El Gabinete de Historia Natural de Delacourte. Cobraban veinticinco centavos la entrada, que para entonces era mucho.
(...)
- ¿Por qué vía llegaron los gabinetes al museo?- preguntó ella.
- Cuando se inauguró el museo, que era gratis, les quitó la clientela y tuvieron que cerrar. Claro que mucho de lo que exponían era falso, ya se sabe, pero también había artículos científicamente valiosos. Cuando los gabinetes quebraron, los compró uno de los primeros conservadores del museo, que se llamaba McFadden.
- ¿Dice que había muchas cosas falsas?
Puck asintió solemnemente.
- Cosían dos cabezas a un cordero, o cogían un hueso de ballena, lo teñían de marrón y lo presentaban como de dinosaurio. Aquí tenemos algunos ejemplos.
Mientras Nora se apresuraba a seguir a Puck a la siguiente hilera, se preguntó cómo encauzar en su proyecto un torrente así de información.
- Los gabinetes hacían furor. Hasta P.T. Barnum empezó su carrera comprando uno que se anunciaba como "El Museo Americano de Scudder". Incorporó seres vivos, y fue la semilla de su circo. Ya ve.
- ¿Seres vivos?
- Sí, el primero fue Joice Heth, una mujer negra viejísima que según él tenia ciento setenta y un años y había sido la niñera de George Washington. El que denunció el engaño era de esta casa: Tinbury McFadden.
- ¿Tinbury McFadden?
A Nora empezaba a entrarle pánico. ¿Conseguiría salir?
- Sí, Tinbury MacFadden. Era conservador del museo en los años setenta y ochenta del siglo diecinueve, y le interesaban mucho los gabinetes de curiosidades. Era un personaje un poco raro. Desapareció de un día para otro.
(...)
Llegaro a un claro entre anaqueles, con estrados de roble para varios especímenes de gran tamaño: un mamut peludo (encogido, pero que seguía siendo enorme), un elefante blanco y una jirafa sin cabeza. Viendo detenerse a Puck, a Nora se le cayó el alma a los pies.
- Los gabinetes de la época hcían cualquier cosa con tal de conseguir público de pago. Fíjese en la cría de mamut. La encontraron en Alaska, conservada por el frío.
Acercó una mano a la panza y apretó algo. Se oyó un clic, y descendió una trampilla.
- Esto era un número de feria. Había una etiqueta donde ponía que el mamut llevaba cien mil años congelado, pero que un científico iba a descongelarlo y a intentar resucitarlo. Antes de empezar el número, se metía por la trampilla un hombre muy pequeño. Cuando ya estaba todo lleno de espectadores, salío otro, un falso científico, daba una conferencia y empezaba a calentar el mamut con un brasero. Entonces el de dentro empezaba a mover la trompa y a hacer ruidos.- Puck rió por lo bajo-. La gente de entonces era mucho más ingenua, ¿verdad?
Volvió a meter la mano y cerró con cuidado la trampilla.
- Verdad, verdad- dijo Nora (...)"

Douglas Preston & Lincoln Child, Los asesinatos de Manhattan (The Cabinet of Curiosities), 2002.

"Curiosamente" Douglas Preston investigó sobre el primer gabinete de curiosidades aquí citado:

Preston, Douglas J. 1986. Dinosaurs in the Attic: An Excursion to the American Museum of Natural History. New York: St. Martin's.

viernes, 10 de abril de 2009

La vuelta del cazador




Fontanelle Gallery
Portland, Oregon
Del 2 al 30 de abril de 2009

"Con obras de Jessie Bean, Amy Chan, Rachel Denny, Jessica Polka, Brieana Ruais, Michael Russem y Wesley Younie. Ocho artistas que muestran visiones sobre nuestros más primitivos instintos como cazadores a través de una serie de medios como la escultura, bordado, pintura, dibujo, la acumulación e instalación. Todas han sido creadas con el denominador común de la pasión por el coleccionismo, la catalogación, la muestra y el cuestionamiento de los elementos de nuestro mundo natural y físico.

Tras dejar los bosques antiguos de la Tierra, el hombre sufrió de la falta de conexión con esas tierras consideradas como sagradas. Para cubrir el vacío creado por la transición entre los ambientes rurales y urbanos el hombre debería llevarse la magia del hogar con ellos. Algunos mostraron sus "trofeos de caza" por pura lujuria de la belleza del mundo físico y natural. Otros no pudieron contener su curiosidad de instinto y comenzaron a examinar sus avances. Comenzaron a catalogar lo aparentemente gris con un apetito para revelar la maravilla del universo y nuestro lugar en él. Intuitivamente sabían que a través del examen incluso del más pequeño componente, algo glorioso y nuevo se revelaría en sí mismo.

La exposición aparecerá como un relicario curioso, presentando los intentos nostálgicos de exploración de los artistas mostrando antigüedades reinterpretadas. Las influencias de la facinación de la era victoriana con el mundo natural puede observarse en las versiones modernas de ornamentos de pared de "taxidermia" doméstica de Rachel Denny realizados con suéters reciclados. Jessica Polka [A Handmade Cabinet of Curiosities] homenajea las grandes ilustraciones y descubrimientos científicos del siglo XVIII con sus especímenes hechos con ganchillo y bordado, reminescencia de los encontrados en el Gabinete de Curiosidades Naturales de Seba. Los grafitis delicados de Michael Russem sacados de antiguas colecciones de sellos homenajean a algunos de los contribuyentes a los libros y cartas de arte más importantes del siglo XX. Además de otros trabajos, Wesley Younie presentará los descubrimientos de naturalistas ficticios en una instalación con un diorama especial."