sábado, 31 de octubre de 2009

El museo portátil de Duchamp


"Aquí volvía a aparecer una nueva forma de expresión. En lugar de pintar algo nuevo, quería reproducir pinturas y objetos de mi gusto reunidos en un espacio lo más reducido posible. No sabía cómo hacerlo. Primero pensé en un libro, pero la idea no me convencía. Después se me ocurrió que podía ser una caja en cuyo interior todas mis obras estarían juntas y montadas como en un pequeño museo, un museo portátil, por llamarlo de algún modo."

Marcel Duchamp, Entrevista con J.J. Sweeney (1946).

miércoles, 28 de octubre de 2009

Las cápsulas del tiempo



"Tennessee Williams lo guarda todo en un baúl y luego lo envía a un almacén. Yo también empecé con baúles y muebles raros pero luego anduve rondando para comprar algo mejor y ahora simplemente lo tiro todo en cajas de cartón marrones del mismo tamaño que tienen una etiqueta en un costado para poner el mes y año. Sin embargo, detesto realmente la nostalgia, así que en el fondo espero que se pierdan todas las cosas y no tener que volver a verlas nunca más. Este es otro conflicto. Deseo tirar las cosas por la ventana tan pronto como me las entregan pero, en cambio, doy las gracias y las meto en la caja del mes. Pero mi otro punto de vista es el de que en realidad quiero conservar las cosas para que de algún modo pueda volver a usarlas algún día."

Andy Warhol, Mi filosofía de A a B y de B a A (1975).

jueves, 22 de octubre de 2009

La colección y Benjamin

"En lo que a mí concierne, me propongo en las líneas que siguen, algo más evidente, más palpable; lo que me interesa es mostrarle la relación de un coleccionista con el conjunto de sus objetos: lo que puede ser la actividad de coleccionar, más que la colección misma. Que para ello considere las diferentes maneras de colocar los libros, no deja de ser arbitrario. Este orden, como cualquier otro, no es más que un dique contra la marea de recuerdos que, en continuo oleaje, se abate sobre cualquier coleccionista que se abandone a sus gustos. Si es cierto que toda pasión linda con el caos, la del coleccionista roza el caos de los recuerdos. Diré más, el desorden ya habitual de estos libros dispersos subraya la presencia del azar y el destino, haciendo revivir los colores del pasado. Pues una colección, ¿qué es sino un desorden tan familiar que adquiere así la presencia del orden? (...) Privada de su coleccionista, la colección pierde su sentido".

Walter Benjamin, "Desembalando mi biblioteca", 1931.

martes, 20 de octubre de 2009

El coleccionista como artista


Katherine S. Dreier y Marcel Duchamp



Katherin S. Dreier en la Yale University Art Gallery (1930)

"El verdadero coleccionista -decía Marcel Duchamp (...)- es un artista al cuadrado. Elige cuadros y los cuelga de la pared. En otras palabras: pinta una colección". Sin duda estaba pensando en amigos como los Arensberg, o como Katherine Dreier, con quien había compartido el ambicioso proyecto de la Société Anonyme. Cuando las obras de arte adquiridas por esta insólita sociedad anónima fueron expuestas en el Museo de Brooklyn en 1926, la propia Dreier quiso que algunas de las salas simularan habitaciones de una casa burguesa. Supongo que con ello intentaba animar a los de su clase a comprar arte moderno. Su casa de West Redding, en Connecticut, con la Leda de Brancusi en el jardín y Le Grand Verre de Duchamp en la biblioteca, me lleva a pensar que lo que Katherine Dreier proponía y se proponía era "habitar lo moderno" más que tenerlo bien cogido, como si hubiera adivinado que una cosa es tener y otra poseer. Las obras de arte que habían "colgado" de las paredes de su casa no constituían una colección, por más que la Universidad de Yale, que heredó algunas de ellas, decidiera juntarlas con las precedentes de la Société Anonyme. De haber alguna colección, sería ésta; una colección sin nombre. La colección de la Société Anonyme; la casa de Katherine Dreier... El "verdadero coleccionista" del que Marcel Duchamp hablara en 1949 no merece serlo. Cuando empezaba a meterse en harina, Duchamp se detuvo. Lo detuvo esa loca presunción moderna de llamar coleción a los cuadros que uno elige y cuelga de las paredes de su casa; porque es aquí, entre las cuatro paredes de la casa, donde hay que pensar e intentar de algún modo de poseer que no se cumpla con el agónico "¡Lo tengo!" del coleccionista. Un poseer que sea necesariamente un habitar.

Pero bastaría sin duda con echar un vistazo a las casas de Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza para desengañarse de los llamados coleccionistas de cuadros. Un fetichista les tiene más apego a sus zapatos".

Ángel González García, "Contra los así llamados coleccionistas de pintura", Revista de Occidente, 1993.

El coleccionista


Connoisseur, Norman Rockwell (1962)

"¿El coleccionista? Un maniático inofensivo que pasa el tiempo clasificando sellos de correo, pinchando mariposas con alfileres o deleitándose en la contemplación de grabados eróticos. O bien, por el contrario, un especulador ladino que, so pretexto de amor al arte, compra a bajo precio obras artísticas para revenderlas haciendo fabulosos beneficios. O, también, un señor de la alta sociedad que ha heredado un castillo y muebles de época, y posee una colección de cuadros, los más bellos de los cuales permite reproducir en las páginas satinadas de las revistas de moda. Tres imágenes, tres opiniones, pero las tres tienen un común que presenta a un personaje anecdótico. Al coleccionista no se le toma en serio más que cuando las cantidades que baraja se vuelven impresionantes. Sólo suscita maravilla y respeto la colección-inversión guardada en el sótano de un banco que vale más que su peso en oro. De otra manera no se ve en el coleccionismo más que un entretenimiento narcisista y un poco frívolo. Una bagatela."

K. Pomian, La colección, entre lo visible y lo invisible. París, 1987.

sábado, 10 de octubre de 2009

Museum of Drawers

Herbert Distel adopted the role of the museum curator when he invited artists from around the world to contribute miniature works for display in the tiny "galleries" of his Museum of Drawers. The drawers in this found cabinet are filled with five hundred works by a wide range of artists, some well known, like Picasso, others obscure, creating a comprehensive survey of artistic currents in the 1960s and 1970s. According to Distel, "Museums, especially museums of fine art, are places where we become conscious of time. Like a preserving jar, they have the task of conserving and presenting a subject curdled with time--the artwork. But through and behind these works the artists appear, falling out of the screen of time, as it were, and become immortal."

Herbert Distel.
Museum of Drawers. 1970-77.

Chest of drawers containing miniature works by various artists, overall (approx.) 72 x 28 9/16 x 28 9/16" (183 x 42 x 42 cm). Kunsthaus Zürich. Donation of Herbert Distel and The Foundation Julius Bÿr.
Photo: ©1999, Kunsthaus Zôrich.

Museum of Modern Art, New York
The Museum as Muse
(1999)


Museum of Drawers