"El cielo, en el cine de Angelopoulos, siempre está nublado y, entre el objetivo de la cámara y el paisaje que retrata, hay siempre una capa brumosa que siluetea las figuras. Aunque nació en Atenas (el 27 de abril de 1935), de madre cretense y padre del Peloponeso, sus paisajes son los de las montañas del norte de la Grecia rural e industrial del mediodesarrollo. En ese marco, los personajes de Angelopoulos viajan sin equipaje amarrados a una memoria intermitente que actúa como una wunderkammer : su tiempo nunca es lineal sino, en todo caso, ucrónico, y todos parecen repetir para sus adentros lo que vociferaba la sombra de James Cagney camino de la silla eléctrica en Angels with Dirty Faces (1938, Michael Curtiz): "¡No quiero morir!" Es la primera película que Theo Angelopoulos recuerda haber visto en su vida y ese grito se le quedó grabado a fuego."
Chessa, Alberto: "Para endulzar el tiempo que pasa. Entrevista con Theo Angelopoulos", Minerva, n. 10, 2009.
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