Katherine S. Dreier y Marcel DuchampKatherin S. Dreier en la Yale University Art Gallery (1930)
"El verdadero coleccionista -decía Marcel Duchamp (...)- es un artista al cuadrado. Elige cuadros y los cuelga de la pared. En otras palabras: pinta una colección". Sin duda estaba pensando en amigos como los Arensberg, o como Katherine Dreier, con quien había compartido el ambicioso proyecto de la Société Anonyme. Cuando las obras de arte adquiridas por esta insólita sociedad anónima fueron expuestas en el Museo de Brooklyn en 1926, la propia Dreier quiso que algunas de las salas simularan habitaciones de una casa burguesa. Supongo que con ello intentaba animar a los de su clase a comprar arte moderno. Su casa de West Redding, en Connecticut, con la Leda de Brancusi en el jardín y Le Grand Verre de Duchamp en la biblioteca, me lleva a pensar que lo que Katherine Dreier proponía y se proponía era "habitar lo moderno" más que tenerlo bien cogido, como si hubiera adivinado que una cosa es tener y otra poseer. Las obras de arte que habían "colgado" de las paredes de su casa no constituían una colección, por más que la Universidad de Yale, que heredó algunas de ellas, decidiera juntarlas con las precedentes de la Société Anonyme. De haber alguna colección, sería ésta; una colección sin nombre. La colección de la Société Anonyme; la casa de Katherine Dreier... El "verdadero coleccionista" del que Marcel Duchamp hablara en 1949 no merece serlo. Cuando empezaba a meterse en harina, Duchamp se detuvo. Lo detuvo esa loca presunción moderna de llamar coleción a los cuadros que uno elige y cuelga de las paredes de su casa; porque es aquí, entre las cuatro paredes de la casa, donde hay que pensar e intentar de algún modo de poseer que no se cumpla con el agónico "¡Lo tengo!" del coleccionista. Un poseer que sea necesariamente un habitar.
Pero bastaría sin duda con echar un vistazo a las casas de Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza para desengañarse de los llamados coleccionistas de cuadros. Un fetichista les tiene más apego a sus zapatos".
Ángel González García, "Contra los así llamados coleccionistas de pintura", Revista de Occidente, 1993.