viernes, 20 de marzo de 2009

Qué es una Wunderkammer





Se olvida que la cámara de las maravillas tenía más que ver con las casas, los archivos, los trofeos y las galerías de imagines, máscaras de ancestros, la antigua domus de los patricios romanos que con nuestras modernas galerías de pinturas y esculturas. Se olvida también que las cámaras de las maravillas ofrecen a los ojos del príncipe el panorama de clases y imágenes con las que se forman las genealogías, sucesiones dinásticas o cartas geográficas - todo el teatro del "origen" de algo y del todo: "base", genealogía, origen de las palabras, "invención de las cosas" y de las "artes". Y que pueden resumir esta ambición bajo la forma de libros, de maletines o gabinetes portátiles, como tantos viáticos para el viajero.

Se encuentra así en Ambras una singular boîte-en-valise de saber duchampiano: una cajita de veintiocho centímetros de lado, de espesor seis centímetros y medio, recapitulando, bajo los auspicios de retratos de medallas de Maximiliano I y de Fernando I, el equipo heráldico de Fernando del Tirol, una reproducción de su collar del toisón de oro, un trofeo miniado de Harz (de donde el príncipe sacaba parte importante de sus ingresos), sus blasones, etc., todo en papel maché, vidrio, perlas y rubíes (...).

Sigue siendo cierto que, en su singularidad obstinada, las maravillas no se prestan ni a la "observación" ni a la "experimentación", esos dos protocolos fundadores de la ciencia moderna. Y que no parecen, tras la aparición de Galileo, prometer más al hombre moderno ningún aprendizaje legítimo.

Las características, por el contrario, del tesoro de las maravillas, asumen lo arbitrario. En una incesante inversión de valores, arbitra tanto los monstruos como los animales ejemplares, las reliquias como los juguetes, lo próximo como lo lejano, lo insólito como lo familiar, lo más precioso (los sacra dinásticos) y los desechos, concreciones o beozares, la naturaleza como el artificio, el meteorito como las piezas de marfil tallado, el objeto encontrado antes que el resultado técnico, el instrumento con la materia, lo repulsivo, la caja bulliciosa de babosas [mecánica] de Ambras con lo burlesco, en fin, con el anuncio de la muerte: los innumerables memento mori bajo los auspicios de la miniatura y el ingenio, poblan la Wunderkammer."

Patricia Falguières, Les chambres des merveilles (2003)


viernes, 13 de marzo de 2009

El viajero galés Bramble y el British Museum


Carta dirigida por Matthew Bramble a su amigo el Dr. Lewis (2 de junio de 1771):

"Sí, Doctor, he visto el Museo Británico; que es una colección noble, incluso estupenda, si consideramos que fue acopiada por un solo hombre, un médico, que estuvo obligado a hacer su propia fortuna al mismo tiempo: pero grande como la colección es, parecería más sorprendente si estuviera dispuesta en un espacioso salón, en vez de estar dividida en diferentes departamentos, lo que se ajustaría completamente - podría desear que la serie de medallas estuvieran conectadas, y la de los reinos de los animales, plantas y minerales completas, añadiendo a cada uno, a expensas públicas, aquellos artículos que se quieran. Sería además una gran mejora, con respecto a la biblioteca, si hubiere deficiencias, la compra de los libros de carácter que no se encontrasen en la colección. Debería clasificarse por siglos, según las fechas de su publicación, y con catálogos impresos de los mismos y de los manuscritos, para información de aquellos que los quieran consultar o compilar según tales autoridades. Podría desear también, para honor de la nación, que hubiera un completo corpus para un curso de matemáticas, mecánica y filosofía experimental; y un buen salario para un profesor adecuado que diera conferencias sobre esas materias".

Anderson, Robert: "The Status of Instruments in Eighteenth-Century Cabinets", Knowledge, Discovery and the Museum in the Eighteenth Century.
British Museum, 2003.

viernes, 6 de marzo de 2009

Crea tu propia Kunstkammer


Los creadores de La Kuntskammer del Rey, exposición virtual que reconstruye la Kunstkammer real danesa, establecida por Federico III a mediados del siglo XVII y desperdigada doscientos años después en diferentes museos, diseñaron una página donde el usuario puede organizar su propia exposición. Todo ello con los propios fondos que formaron parte de la antigua cámara artística.

Sencilla pero muy aconsejable para los más jóvenes.