"Todavía hoy recuerdo la sensación, que sigue siendo la misma y que aún me conmueve, que hacía que mi corazón latiera más deprisa cuando, niño pequeño, entraba bajo aquellas oscuras bóvedas y contemplaba la palidez de los rostros; y cómo, a continuación, interesado, curioso y tímido, caminaba y miraba, sala tras sala, época tras época. ¿Qué era lo que buscaba? Es difícil saberlo: la vida de la época, sin duda, el espíritu de las edades".
Perecerán
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Siembra y cosecha y atónita asiste a la ceremonia.
Suplantaciones hasta del alma que el verde traspasan.
Retuerce índice y pulgar y arranca con rabia.
Los ...
Hace 9 años
