lunes, 14 de febrero de 2011

Huellas de coleccionismo



"El interior es el refugio del arte. El coleccionista es el verdadero inquilino del interior. Hace del ensalzamiento de las cosas su tarea. Le cae en suerte la tarea de Sísifo de quitarles a las cosas, poseyéndolas, su carácter de mercancía. Pero les otorga únicamente el valor de su afición en lugar del valor de uso. El coleccionista no se sueña solamente en un mundo lejano y pasado, sino además en un mundo mejor, en el que ciertamente los hombres están desprovistos de lo que necesitan como en el mundo cotidiano, pero en el que las cosas están libres de la servidumbre de tener que ser útiles.
El interior no es sólo el universo, sino también el estuche del individuo particular. Habitar significa dejar huellas. En el interior, éstas se subrayan. Se inventan multitud de cubiertas, fundas y estuches, en los que se imprimen las huellas de los objetos de uso más cotidiano. Las huellas del morador también se imprimen en el interior. Surgen las historias de detectives, que persiguen estas huellas."
Walter Benjamin, Libro de los pasajes, 1927.
Imágenes: Miniaturas de la colección Martínez Lanzas de las Heras.

jueves, 10 de febrero de 2011

El museo como destino de las obras de arte


“No nos digan más que las obras de arte se conservan en estos depósitos. ¡Si, tal vez hayan transportado su materia! ¿Pero han podido transportar junto a ellas este cortejo de tiernas, profundas, melancólicas, sublimes o estremecedoras sensaciones que las rodean? ¿Han podido trasladar a sus almacenes este conjunto de ideas y de vínculos que extendían tanto interés por las obras, de cincel o de pincel? Todos estos objetos han perdido su efecto al perder su destino. El mérito de la mayoría estaba ligado a las creencias que le habían proporcionado el ser, las ideas con las que se vinculaban, los accesorios que las explicaban, el nexo de pensamientos que le daban su conjunto. ¿Ahora, quien dará a conocer a nuestro espíritu lo que significan estatuas, cuyas poses ya no tienen objetivo, cuyas expresiones tan sólo son muecas, cuyos accesorios se han vuelto enigmas? ¿Qué efecto produce actualmente sobre nuestra alma, el mármol desencantado de esta mujer que finge llorar sobre la urna vacía, que ya no mantiene su dolor? ¿Que me dicen todas estas efigies que tan sólo han conservado su materia? ¿Que me dicen estos mausoleos sin sepultura, estos cenotafios doblemente vacíos, estas tumbas que la muerte ya no anima?”

Antoine-Chrysostome Quatremère de Quincy, Considérations morales sur la destination des ouvrages de l'art, ou de l'influence de leur emploi sur le génie et le goût de ceux qui les produisent ou qui les jugent… (1815)