Hoy, 18 de mayo, es el día internacional del museo. Una institución amada y denostada desde su misma creación a finales del siglo XVIII. Al menos del museo moderno tal y como hoy nos ha llegado hasta nuestros días.
Museo proviene del latín museum y del griego mouseion y su acepción originaria era casa o templo de las musas, las nueve divinidades protectoras de las artes, hijas de Mnemosyne, la memoria. Se les suele representar junto al dios Apolo, danzando en círculo, a su alrededor, de ahí que desde el punto de vista arquitectónico el templo donde se les da culto tenga planta circular. Todavía hoy los grandes museos tienen una rotonda central, en recuerdo de ese sentido primigenio, aunque también estén inspirados en el mítico Panteón romano. Así lo tuvieron en cuenta los grandes arquitectos del neoclasicismo, desde el mismo Villanueva en el Prado (aunque la rotonda quede en un lateral), hasta Camporesi en el Vaticano o el gran Schinkel en Berlín.
También en la Antigüedad la palabra museo se utilizó para denominar al mítico Mouseion de Alejandría, una gran universitas donde se reunieron los grandes sabios, así como todo el saber. Todavía no se utilizaba el término para denominar aquel lugar donde se conservaran o expusiesen colecciones.
Incluso en el Renacimiento todavía se utilizaba el término para asignar a una reunión de sabios presidida por las musas como protectoras de las artes que facilitasen la inspiración. Aunque por fin comenzó a utilizarse con la acepción actual, como ocurrió con el Museo Mediceo o el del humanista Paolo Giovio. También quedaba ligado a la memoria: un lugar de conmemoración de hechos o personajes ilustres, como el espectacular museo proyectado en el XVIII por el francés Boullée.
En realidad, el museo moderno es la suma de dos conceptos: el museo ilustrado o de la razón, que nace para poner a disposición del público una colección privada, y el museo revolucionario o de la culpa, el que surgen tras hechos vandálicos o desamortizaciones, para dar lugar a un patrimonio descontextualizado.
Aún así, las musas siguen estando presente en la raíz misma de los museos.
¡Feliz día de los museos!